Nuestros mayores, al ser personas no asistidas, son particularmente activos. Entre las distintas actividades podemos destacar:

Belén viviente: Sin duda la tradición que más vida aporta a la residencia, de septiembre a final de año. No es sólo la puesta en escena, es la preparación, el coser los trajes, hacer el decorado, los ensayos, la colaboración con familiares y voluntariado… en definitiva, una experiencia que, año tras año, todo el mundo desea repetir.

Taller de cocina: En fechas señaladas, cuando hay recetas típicas, o, simplemente, cuando nos apetece darnos un capricho, residentes y trabajadoras nos ponemos, nunca mejor dicho, con las manos en la masa para preparar deliciosas recetas, pasar un buen rato y la mejor parte, ¡darnos el homenaje de después!

Taller de manualidades: Una de las actividades que más entretiene, divierte y desarrolla las capacidades de los abuelos y abuelas. Tiene además, los resultados más visibles, ya que sus obras de arte terminan decorando toda la residencia, dando un toque personal a nuestro hogar.

Gimnasia personalizada: Gracias al distrito, tenemos monitores que acuden a dar talleres para mantener en buena forma física a nuestros mayores. 

Encuentros intergeneracionales: Al tener una guardería con la que compartimos edificio, y patio, en muchas ocasiones hemos hecho actividades conjuntas peques y mayores, creando un ambiente de armonía, diversión y cariño que se queda grabado en ambos grupos. Entre las actividades que realizan se encuentran los cuentacuentos, juegos tradicionales o manualidades.